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viernes, 6 de enero de 2023

Lectura recomendada: LA LUZ QUE FUIMOS, (Almuzara, 2022)



Este viaje nos lleva a la Cordoba de 1009 en plena desintegración del poder musulmán en Al Ándalus con la caída del régimen dictatorial de los amiríes instaurada por Almanzor sometiendo a los últios califas Omeyas y una inexorable decadencia con sus sucesores. Se produce entonces la asamblea en la que coordinará un levantamiento popular (para algunos el primero de occidente a pesar de ser poco conocido y estudiado) que acabará con el segundo hijo de Almanzor, Sanchuelo, una caricatura de su padre apodado el victorioso. Esta rebelión acabaría con Medina Azahira (o Alzahira), "la ciudad resplandeciente", que fue pasto de las llamas; esta ciudad palatina construida por el propio Almanzor al este de la capital andalusí para igualar el esplendor de la construida por Abderramán III, Medina Zahara (“la ciudad brillante”). 


El nuevo gobierno con miembros del pueblo no satisfizo las demandas de aquel, que siguió en una situación miserable durante la larga guerra civil en la que estuvo apoyado por los Condes de Urgel y Barcelona, así como la nobleza aragonesa y navarra frente al apoyo de Castilla a Amiríes y beréberes (ver nota del autor). El pueblo perdió, como casi siempre sucede, y se llegó a la proclamación de la república y la atomización política de los reinos de taifas en el año 1031.


Con una prosa que es pura poesía, algo poco habitual en las novelas históricas, el autor marca el ritmo de la trama que se desarrolla en torno a las intrigas, corruptelas, miserias y demandas del pueblo frente a los lujos de la vida palaciega. Igualmente novedosa es la utilización para la narración del femenino plural (nosotras), otorgando esta a la mujer cordobesa que reivindica así su papel en el proceso revolucionario y en la vida de Al Ándalus.


La novela nos regala un personaje de una fuerza descomunal que es Maryam, la Paloma, rechazada por su padre Almanzor, pero que le acompañará durante toda su vida en forma de tatuaje. Una vida desgraciada en la que se ve separada de su madre, pero ante la que se rebela hasta convertirse en heroína del pueblo cordobés. Junto a ella, un adolescente Ibn Hazm con el que mantiene una relación que va del amor al odio pasando por la indiferencia. Uno de los propósitos es homenajear el milenio de la publicación de El collar de la Paloma (1022), del poeta y filósofo del mismo nombre; un tratado sobre el amor que incluye la nostalgia del esplendor perdido por la Córdoba califal.


Y es que Córdoba es el otro gran protagonista de esta novela. Una ciudad en decadencia como el poder amirí, pero que mantiene gran parte de su magia que el autor nos dibuja de manera minuciosa y vívida. Y junto a ella el pueblo cordobés, que no pertenece a la jassa o nobleza, ni a la élite gobernante, sino a los más humildes y desfavorecidos de todas las etnias y confesiones que allí conviven y que nos acercan a su miseria que no es incompatible con la alegría de vivir.


Hasta ahora no me he referido al autor, Antonio Manuel, cuya figura merece un aparte. Como escritor ha alcanzado un notable éxito. Siendo muy joven ganó con su primera novela “Nenia” el Premio Nacional Amador de los Ríos, y poco después la Beca de Creación Literaria de la Diputación Provincial de Córdoba con “El desmayado vuelo de las cigüeñas”. rescató del olvido la obra de teatro popular “Entre dos fuegos” de Manuel Alba (Berenice, 2007). Después publicó “La Huella Morisca'' (Almuzara, 2010), que logró una excelente acogida de crítica y lectores y es hoy un título de referencia, al que seguiría la novela “El soldado asimétrico” (Berenice, 2017).


Pero Antonio Manuel es más que un escritor, un intelectual o un Doctor y Profesor de Derecho Civil. Autor de varios ensayos jurídicos, coordina el reconocido “Laboratorio Jurídico sobre Desahucios”. Su perfil del Instituto de Identidad Andaluza de la que es firme defensor, la cataloga como activista social, cultural y político, que ejerce en distintos foros así como en sus perfiles de Twitter, Facebook e Instagram.


Lo conocí (de manera telemática por el maldito COVID) en las jornadas Educación y patrimonio: pensar y sentir el patrimonio en los centros educativos (2021), en las que llevó a cabo una ponencia sobre El patrimonio invisible de Andalucía. Durante toda su exposición, los participantes asistimos en un silencio respetuoso, ensimismados por su elocuencia y su pasión, en la defensa de la influencia de la cultura andalusí en la nuestra vida y especialmente en nuestra lengua. Por ello, en este libro utiliza “los nombres y expresiones en árabe asumidas por el castellano para facilitar la comprensión lectora”. 


Pero en su presentación conocí otra faceta que le lleva a ser un contemporáneo “Hombre del Renacimiento”; y es que fue miembro fundador de la banda Deneuve. Uno de los mejores grupos y menos conocidos de la escena indie nacional, con el que grabó varios discos (“El amor visto desde el aire”, “Llueve revolución” o “El adiós salvaje”). Su primer álbum es uno de mis discos favoritos y os invito a descubrirlo, así como toda la obra de este polifacético autor. 


Os animo a comentar esta entrada con vuestras recomendaciones y/o aportaciones a la misma.


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